La cera azul

Con cera azul disponible, la he aplicado en la segunda bici, usando nuevamente la jeringuilla como aplicador.

El color azul la hacía más visible, pero tampoco exageradamente, si pasa un tiempo, cuesta ver en qué eslabón se ha puesto y cuál es el siguiente que queda pendiente.

Por despiste, creo no he visto el eslabón rápido cuando terminaba de hacer la ronda de cera y le he dado dos capas. La cantidad consumida ha sido de unos 3,5ml, todavía me sobra cera como para 7 u 8 bicis más.

La cera no corría tan rápido como en la otra cadena, pero igual era mucho más rápida su propagación por la superficie del metal que con el Squirt. Los tensioactivos actúan, con una tensión superficial baja, la emulsión moja mucho el metal. Sería bueno mantener este comportamiento en la medida de lo posible.

La mayor cantidad de emulgente no ha evitado que nuevamente empiece a separarse en dos fases con las horas la cera acumulada. Habrá que hacer más cambios en esta dirección.

He sacado una muestra de Squirt y otra de la cera #2 poniéndolas en un vidrio para que se evapore el agua y poder hacer algunas comparaciones.

Mañana, a probarla de nuevo y seguir acumulando kilómetros. Preveo que enseguida sacará cascarillas por el exceso de cera. Va a quedar reluciente.

Con la cera coagulada tras un par de días de reposo, sigue la experimentación. No va a ser necesario partir de cero, la cera sobrante sigue ahí.

Una de las ideas iniciales que traía en mente, fue hacerla de color azul. ¿Por qué?

• Porque uno de mis apodos fue y sigue siendo «Pitufo».
• Porque quiero que se diferencie del resto.
• Porque cuando de pequeño me regalaron un microscopio, me sorprendió tremendamente cuánto teñía el azul de metileno.
• Porque el azul de metileno lo puedo utilizar como conservante para evitar que se contamine.
• Porque evitará que alguien la pudiera confundir con leche cuando está en la cocina o reposando en un tazón.
• Porque el color ayuda en su aplicación al hacerla más visible en la cadena.

Agitar suavemente el tazón donde están los restos de la primera emulsión haciéndola girar, ha sido suficiente para volver esa capa de aparente pintura seca al estado líquido, pues el agua estaba separada e invisible justo debajo.

Como la cantidad es escasa y la concentración elevada debido a la evaporación del agua, agrego agua destilada para reponerla y más emulgente (jabón artesanal) para verificar si el problema de la coagulación está relacionado con la poca cantidad que le puse inicialmente.

A falta del azul de metileno, tengo la intriga de cómo quedará el aspecto cuando disponga de él. Una gota de colorante alimentario azul hará los honores. Su nombre químico es un poco complejo:

a-(4-(N-etil-3-sulfonatobencilamino)-fenil)-a-(4-Netil-3-sulfonatobencilamino)-ciclohexa-2,5-dienilideno)-tolueno-2-sulfonato disódico

Lo llamaremos mejor por su alias: E-133.

Como la cera no es soluble en agua, pese a calentarlo todo para mantenerla en estado líquido, le aporto de nuevo amoníaco (NH3) para tratar de mejorar el resultado anterior. Eso obliga a mantener la campana extractora en marcha durante el proceso.

La poca cantidad inicial emulsiona como una mousse llenando el tazón en poco tiempo. El amoníaco, que a temperatura ambiente es gas por mucho que lo compremos disuelto en agua, sale con dificultad a causa de la espuma.

El volumen se ha mutiplicado por diez aproximadamente. Que baje la espuma requiere de diez a doce horas en las que conviene mover el recipiente de vez en cuando, pues la espuma al perder el agua va quedando rígida y se aprecia ruido al moverla y romperse las burbujas.

Mañana será el momento de aplicar y veremos si hay cambios.

Al levantarme por la mañana, ya había bajado la espuma de cera que preparé ayer, lo negativo es que se estaba cortando. Agitando el tazón donde la hice y se mantenía, recuperó el aspecto normal, como si fuese leche.

Habrá que variar las proporciones de agua, cera y emulgente, cambiar de emulgente o el procedimiento para homogeneizarla y estabilizarla.

No casualmente, tenía pendiente aplicarle Squirt a la cadena de mi bici, y estaba esperando a lograr hacerla para probarla directamente.

Tras pasarle la máquina limpiadora en seco y sin prestar mucha atención por la ansiedad en probar la cera, a falta de otro envase mejor, he cargado una jeringuilla y la he empezado a aplicar. Siempre uso el eslabón rápido como punto de referencia para saber dónde empezar y terminar.

Aplicando la cera, el aspecto a leche es idéntico al Squirt que le venía poniendo hasta ahora, la diferencia es lo rápido que ha mojado la cadena, penetrando por los rincones y cubriendo todo el cilndro.

Lo habitual hasta ahora al aplicar Squirt, era que la gota quedaba sobre el cilindro y poco a poco se la iba bebiendo y mojando el contorno.

Curiosamente, aun con el mismo modelo de cadena, en una bici es cuestión de segundos y en la otra ronda el minuto que la cera corra por el cilindro y penetre por los lados. Probablemente la diferencia está en los diferentes resíduos de metal desgastado, polvo y cuán incrustados están en la superficie de los cilindros por el diferente uso de cada bici.

Probablemente por los tensioactivos del jabón, ahora hay menos tensión superficial y eso hace que la cera moje más el metal, lo que de quedar así, supondría una ventaja.

Una intriga resuelta: ¿cuánta cera se usa al aplicarla? La jeringuilla ha hablado, solo hay qu ever la cantidad inicial y la final, han sido aproximadamente dos centímetros cúbicos y medio, 2,5ml.

Tras la aplicación observo manchitas negras en los rodillos, sospecho que son restos de suciedad que no quité al limpiar precipitadamente con la maquinita sin pasar siquiera un trapo. No las retiro para ver el comportamiento.

Queda la bici con la cadena encerada y lista para probar.

Al segundo intento, con jabón natural hecho en casa, sin colorantes, conservantes, perfumes ni nada extraño como emulgente, he levantado la mezcla caliente a punto de nieve.

Por no utilizar antiespumante, se mantiene espumoso durante horas. Recuerdo que cuando agito el bote de Squirt también sucede, para marcar líneas en el frasco marcando el nivel exacto del líquido que me orineten en el consumo he de esperar horas.

Una muestra de espuma, tras secarse, deja como un polvillo de cera, de tacto suave y parecido al polvo de talco. Si eso se adhiere bien a la cadena es lo pretendido. Eso es solo la espuma, lo que es la emulsión se supone que está debajo de la espuma y sus características pueden ser distintas.

Al haberlo hecho todo en un tazón metálico no transparente, no es visible el aspecto de la cera emulsionada, queda escondida bajo al espuma. Mañana quedará al descubierto cuando desaparezca la capa de espuma.

Tengo dos de las tres bicis con las cadenas necesitadas de probar la cera. Si las cosas salen como deben, esta próxima semana la empezaré a probar en una.

La exstencia y duración de la espuma, en principio sería algo a evitar, pero podría tener una utilidad más adelante, vamos pasito a pasito.

Llevo más de dos meses informándome sobre ceras, lubricantes y emulsiones. Con ganas de tocar ya algo físico, compré una vela con cera que me dio buen aspecto esperando que fuese parafina, he tomado agua destilada, amoníaco como disolvente para la cera y he hecho un primer intento de emulsionar.

Primero calentar al baño maría el agua y la cera para fundirla; mezclar, agitar pacientemente, ir viendo los cambios, salpicarlo todo de cera durante un rato y ya con todo el amoníaco evaporado (importante usar la campana extractora) dejar enfriar.

Tal y como era de esperar, la cera no ha emulsionado, al enfriarse, ha solidificado la cera y se ha separado del agua con toda naturalidad.

Nota para el próximo intento: quitar la mecha de la vela al cortarla para que no se enrede en el agitador.

Como tan solo se trataba de una toma de contacto para familiarizarme con el proceso y lo necesario, no frustra, ya tengo localizadas las cosas básicas que necesito.

Mañana haré un nuevo intento empleando jabón como emulgente, esto debería iniciar al emulsión. Una vez logre que emulsione, haciendo gala de mis habilidades con el allioli, ya podré ampliar mucho más la experimentación y empezar a probarla.

Descubrir que existía quien estaba usando cera en la cadena de la bici y que de ese modo se acabó que manipular la bici y en especial la transmisión fuese sinónimo de suciedad y nuevas manchas me supuso una revolución, es un cambio impactante tras muchos años de tener que estar con cuidado de no tocar la cadena y evitar que roce con nada.

Desde ese momento así tenía que ser. Dónde conseguirla, cómo usarla fueron las primeras preguntas. Luego le siguieron otras y otras, hasta llegar a una interesante. ¿Cómo hacerla?

Muchas horas de lectura a lo largo de unos meses me han traído hasta este punto. Tras la teoría, llegó la hora de la práctica, la voy a hacer en casa.