Desde el principio estaba decidido que la cera sería azul porque uno de sus ingredientes sería el azul de metileno. Al sacar hoy la cacharrería para emulsionar más cera, los restos de la anterior emulsión que había dejado intencionalmente al descubierto, tenían generosas manchas de moho.
Por sus propiedades antisépticas y fungicidas, el azul de metileno confío en que será un buen conservante para preservar las siguientes versiones de cera, y como las cantidades a emplear son muy bajas, no espero que afecte a al emulsión ni al resultado final.
Pedido al mediodía en la farmacia, mientras hacía otra versión de cera, todavía con colorante alimentario para simular el color azul final que va a tener con el azul de metileno, esta tarde ya lo tenía.
Con un 99,5% de pureza, los 25 gramos me van a durar una eternidad.
Como curiosidad y tal como se aprecia en la fotografía, sí, el azul de metileno puro es… ¡verde!
La próxima cera ya va a ser resistente a hongos y azul como corresponde.