ATENCIÓN: Este procedimiento implica el uso de gasolina. Deben extremarse las precauciones contra incendio y realizarse en un lugar generosamente ventilado.
Para aplicar cera en la cadena, es un requisito indispensable tenerla bien desengrasada. La existencia de aceites o grasas previos, impiden que la cera se adhiera al metal y forman posteriormente unas cascarillas de cera mezclada con aceite, color gris oscuro o negro bandas y adherentes que lo ensucian todo.
Muchos de los fracasos al pasarse de lubricantes en aceite a cera, provienen de un desengrase insuficiente.
Salvo el caso de algunas cadenas KMC que se venden ya tratadas con Squirt a un precio ampliamente mayor que las mismas cubiertas en aceite, las cadenas vienen lubricadas de fábrica con aceites o grasas que ya desde el primer uso, empiezan a atraer polvo. Sea nueva o usada, la cadena requiere retirar seriamente ese lubricante, el que se ve y el que hay internamente fuera del alcance de la vista, de trapos y de cepillos.
Agua, jabón y desengrasantes de cocina como el KH7 son frecuentemente utilizados para intentar ese desengrase inicial, resultando laborioso y poco eficaz, además de tener ciertos inconvenientes:
- El agua en una cadena recién desengrasada, puede conducir a oxidación en poco tiempo, basta dejarla a secar un par de horas y puede haber sorpresas desagradables.
- El desengrasante, es ácido y hay que evitar que entre en contacto con la pintura de la bici, requiriendo un aclarado posterior y volviendo a los inconvenientes del agua.
Tras varias pruebas, sorpresas y optimizar un poco el procedimiento, el mejor modo de desengrasar que puedo recomendar es empleando gasolina del siguiente modo.
Requisitos:
- Una cadena engrasada desmontada (viva el cierre rápido).
- Un frasco con tapa de medio litro o más de capacidad.
- Gasolina.
- Cerebro suficiente para evitar incendios.
Hay que verificar que la gasolina no vaya a deshacer el plástico. Un frasco de vidrio o metálico sirve, en caso de ser de plástico, estar atento a si hay reacción, si bien suele ser lenta. En mi caso, uso un bote de ColaCao que, por lo menos, durante el proceso no se ha fundido. Como inconveniente, la tapa no sella, de modo que acaba mojando las manos de gasolina al agitarlo.
Introducimos la cadena en el frasco y agregamos un poco de gasolina. Inicialmente la cadena ocupa mucho espacio, pero cuando lo agitemos un poco, se acomodará en el fondo.
La gasolina que falta en la botella de la imagen es la que se ve en el fondo del frasco amarillo. Para una cadena nueva, no fue necesaria más.
Cerramos bien la tapa y empezamos a agitar el bote, teniendo presente que saldrá algo de gasolina por la tapa.
La gasolina penetra con facilidad por los huecos, la agitación hará que circule y se lleve el lubricante previo, sea grasa, aceite o cera. Si la cadena estaba usada, sacaremos suciedad adicional que podría requerir repetir el procedimiento si deseamos una mayor limpieza.
El resultante en la cadena nueva, es la gasolina turbia, grsácea, al contener el lubricante original. Para deshacernos de ella, bastará dejarla al aire libre para que se evapore.
Sacamos la cadena, la secamos con un trapo para llevarnos el máximo de gasolina con aceite que queda y la dejamos escurrir y secar en lugar ventilado, preferentemente al aire libre o sin presencia de personas para evitar que inhalen los vapores.
Conviene resistir a la tentación de aclararla con agua, pues en este momento, el metal está totalmente desprotegido y la consecuencia puede ser una bonita oxidación en una cadena nueva.
Una vez seca la gasolina, ya podemos lubricarla tranquilamente con cera, recordando que la primera aplicación de cera ha de ser doble. Es buen momento para decidir si conviene un baño en cera, ahora que está limpia, para protegerla contra la corrosión.