Los emulsionadores para capuccino están pensados para batir leche -que es una emulsión- y levantar un poco de espuma con la que completar un rico capuccino.
Poderlos a trabajar duro, con emulsiones más espesas y durante un tiempo prolongado, hace que el motor genere más calor y a falta de una refrigeración suficiente por estar encerrado totalmente en una carcasa plástica, aumente la temperatura excesivamente.
El primer síntoma del exceso de temperatura, es que se empieza a fundir el plástico del cilindro que une el eje del motor con la varilla exterior, desprendiéndose. Si nos detenemos en ese punto, aun puede salvarse.
El funcionamiento es simple. la tapa del compartimento de las baterías las conecta en serie. El negativo va directo al borne del motor, y el otro borne va cortado, siendo el interruptor el que lleva el positivo a la carcasa del motor.
La importancia de la polaridad es únicamente por asegurar el contacto en el borne del motor, pues no lleva facilidad adicional ninguna, simplificado y abaratado al máximo.
Broca del 4, a velocidad moderada y manos a la obra.
Las zonas a perforar con las del compartimento del motor. El aire ha de poder entrar y salir. Si tenemos en cuenta que con la mano fácilmente podemos tapar algunos agujeros, hay que ser generosos con la cantidad, evitando a la vez debilitarlo demasiado. Si se parte, refrigerará muy bien, pero no sirve.
Una vez perforado, quitamos los restos de plástico para que no cayesen luego en las emulsiones, lo montamos y verificamos el funcionamiento. Ya tenemos un emulsionador más adaptado al trabajo al que lo sometemos.